martes, 29 de noviembre de 2016

7 de Diciembre. Día del Niño Perdido.

Cuando empieza a caer la noche del día 7 de diciembre, la ciudad se ilumina en cada esquina, local, boulevard y casas.


Las velitas que año con año se prenden son con motivo de las festividad del “Día del Niño Perdido”, de acuerdo con la Religión Católica, la celebración es una conmemoración al pasaje bíblico cuando el Niño Jesús se extravía en Jerusalén y sus padres lo encuentran tres días después en el Templo de Salomón, donde estaba platicando con los sabios.
La tradición nace con la idea de iluminar el camino de Jesús a su casa.
En la ciudad durante la tarde-noche en escuelas, negocios y casas se juntan familias y amigos con velitas en mano para encenderlas y formar un camino aunado a otros que ya hayan sido colocados y así formar una vía de luces que ayuden al Niño Jesús a llegar casa.

Esta tradición que muy probablemente nació en Tuxpan Veracruz, puede rastrearse hasta el siglo XVIII, como parte de las tareas de evangelización que llevó a cabo el fraile Junípero de Serra, basándose en el pasaje mencionado por San Lucas (II:39-52).

El día del Niño perdido es generalmente celebrado en el norte del estado de Veracruz, principalmente en los municipios de Tuxpan, Cerro Azul y Poza Rica e incluso ha llegado en algunas zonas de la capital del país, donde se celebra en uno de los barrios más céntricos, gracias a los habitantes con origen en alguno de los municipios del norte de Veracruz y que no han querido olvidar la tradición.

En Xalapa, el iluminado de las calles se hace en el barrio del Dique, desde la calle Venustiano Carranza hasta el Parque Juárez, en el centro de la ciudad, por lo que se reconoce el ánimo de preservar la tradición, sin importar el lugar donde se encuentre el veracruzano.


Al caer la noche la ciudad empieza rápidamente a engalanarse; existe animación, expectación; la motivación crece y crece; las familias salen a las banquetas de sus casas a colocar velas, también sobre bardas, azoteas, escaleras, cerros y a lo largo de las avenidas en donde harán su recorrido los niños y familias.

A las 19:00 hrs., inicia el  encendido de velas que en esa noche derramaran su luz en excitante movimiento, como símbolos que iluminan el sendero. Una fuerte emoción despierta al propio como al visitante ese paisaje de singular belleza, ese maravilloso espectáculo nocturno. Y es que no hay casa que no esté iluminada, lo mismo son los balcones centrales de los hoteles, que el frente de los negocios.

Aunque es de origen religioso, en esta singular tradición se unen tanto niños como adultos quienes disfrutan de pasar un rato juntos en el encendido de las velas.


NOTA: Esta es una tradición que nació de la evangelización de la conquista española en México y que poco a poco se convirtió en una tradición.

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